¿Cuál es el secreto de “La vida
secreta de las palabras”?*
Elvira María DiannoMiembro EOL-AMP
*Comentario realizado en ocasión de la apertura del 6to
Ciclo de Cine aplicado al Psicoanálisis
la EOL, Buenos Aires 30/08/2013
“La vida secreta de las palabras”, film de
Isabel Coixet, (2008, España), producida por Agustín y Pedro Almodóvar ofrece muchas puertas de acceso que, a un
desprevenido espectador, pueden pasar inadvertidas.
Vayamos al film: una historia de
amor de dos sobrevivientes, Hanna del horror de las torturas de una guerra,
Joseph de una fatídica conjunción de los excesos del hombre sobre los recursos
naturales y las consecuencias de los excesos de un amor prohibido. Los secretos
muy guardados de experiencias traumáticas habían producido de un lado un efecto
de privación y aislamiento y del otro
los secretos que debían ser guardados y no lo fueron habían dejado el
saldo de una muerte y algo más que muchos cristales rotos.
Dos damnificados del horror: ella
aislada de los ruidos, habitada por voces infantiles y el recuerdo de la
crueldad de las voces susurradas al oído
en cuerpos desangrándose, él en un mundo de sombras y remordimientos en un cuerpo casi inválido. En pocas palabras
una historia -donde una sorda y un ciego sanarán sus heridas en un amor casi previsto-
podría ser tal vez un cliché si no tuviéramos en cuenta algunos señuelos
puestos por Coixet para ir tras ellos cuando los años y el olvido también se
las ensañaran con este documento de una historia que se repite incesantemente.
El seductor título del film invita
a verlo esperando conocer ¡¡el secreto
de la vida de las palabras!! , esto nos puede llevar -en un juego de espejos y
puertas giratorias -a un equivoco tras otro si lo que nos guía es la búsqueda
de algún sentido en él.
El giro poético que Isabel Coixet
elige como título para este film pudo bien
haber sido el atajo que tomó para no llamarlo “Viaje directo al corazón de la
tortura”[1],
2da parte.
Este film es el correlato del
documental que en 2005 filmara entrevistando a damnificados de torturas
atendidos por el IRCT[2] ,
con sede en Copenhague, fundado y dirigido por Inge Genefke, a quien -como el
film lo indica en los créditos- está dedicado. Genefke también es el nombre que le da a la
plataforma petrolera, base a la que puebla de un puñado de personajes
solitarios y paradigmáticos, entre ellos un oceanógrafo ecologista que cuenta olas y sueña con purificar
los mares, un cocinero slow food, un nostálgico de su familia junto a una oca
huérfana y una planta mustia, en fin un grupo de hombres que tratarían
a la joven protagonista respetuosamente. Podría aquí decirse que Coixet
quiere dejar en claro algo que diría luego de filmar el documental de marras
“…hemos descubierto algunas –pocas- cosas. La más importante es que, pese a
que la crueldad, el odio y la maldad parecen inherentes a la naturaleza humana,
el valor, el coraje y la generosidad también lo son".[3]
Los personajes de este film
construidos con los ingredientes de los testimonios del documental y las
enseñanzas del IRCT, hablan de la culpa y la vergüenza propia de los
sobrevivientes de los campos de concentración, de su necesidad de estar ocupados
permanentemente para que los recuerdos traumáticos no los invadan y del entrenamiento que reciben para sacar la
ira por la vía de la voz incluyendo gritos y descargas motoras.
Del documental del que es directora, guionista, y al que ella misma narra dice, en referencia a las personas que han
pasado por experiencias de tortura….
¿Qué pasa
después de que alguien ha pasado algo como eso? Cómo se sobrevive, si es que se
sobrevive... Además de la justicia, que me parece básica, la única cosa que se
me ocurre para que alguien sobreviva a todo eso es que alguien le quiera, es el
amor. Después de todo hay muy pocas cosas, silencio y palabras".
De este mismo modo “La
vida secreta…” con una enigmática
voz de niña- que acompañará algunos
momentos de la película y reaparecerá al final para despedirse- abre sobre un
fondo de fuego y mar con estas palabras:
“En el fondo hay tan pocas cosas ... millones
y millones de litros de agua ... rocas ... y gas ... afecto ... sangre ... cien
minutos, mil años ... cenizas ... luz ... ahora ... ahora mismo ... hace un
rato.
¿Os lo he dicho antes, verdad? Hay muy pocas cosas... silencio... y palabras”.
¿Os lo he dicho antes, verdad? Hay muy pocas cosas... silencio... y palabras”.
Entonces bien podemos pensar que
Isabel Coixet va tejiendo entre uno y otro film, entre uno y otro
documental y en sus escritos algunas respuestas, algunas
salidas a sus propios interrogantes, a su propio encuentro con lo real.
Esta versión un tanto edulcorada
de una sobreviviente de la Guerra de los Balcanes, cumple también con el
objetivo de dar a conocer el IRTC fundado en 1982 , con 200 centros en todo el
mundo y también rescatar del olvido esa guerra que como dice Julie Christie personificando
a Inge Genefke- a quien se le parece notablemente por cierto- quieren salvar
del olvido y cita a Hitler quien había
pronosticado el olvido para las atrocidades de su régimen como lo que había
sucedido con el millón de armenios muertos en la guerra.
Ahora bien la pregunta acerca de
por qué Coixet elige narrar esta historia de este modo tal vez encuentra
también respuesta en otro de sus films: “A los que aman”[4]
comienza con estas palabras
“Dicen que a través de las palabras, el dolor se hace más tangible. Que
podemos mirarlo como a una criatura oscura. Tanto más ajena a nosotros cuanto
más cerca la sentimos. Si uno de estos pequeños granitos enferma, el resto del
organismo enferma también. Pero yo siempre he creído que el dolor que no encuentra
palabras para ser expresado es el más cruel, más hondo… el más injusto”.
¿Podría estar allí el secreto de
contarse los secretos? ¿Sanar heridas, hacer del dolor algo menos cruel, menos
hondo?
Algo de eso sugiere el film en
escenas que tal vez tenga para los críticos de cine una resolución un poco
apresurada, forzada, donde una mujer sale de atrás del muro insípido y mudo que
la resguardaba por la vía de nuevos sabores y secretos revelados.
Ahora bien ¿qué enciende la
chispa del amor entre ellos?
¿Las heridas, el encuentro entre
dos sobrevivientes, contarse la crueldad de los peores momentos de su vida? “Si
fuera así, si fuera sólo así, sólo los uniría el espanto, digamos el goce o ¿hay
algo allí de lo inesperado del encuentro entre un hombre y una mujer que se
produce en la vía fantasmática del erotismo que Coixet tan bien indica en “La vida secreta de las palabras”-
podríamos decir aquí- palabras de amor?
Mientras las cartas de amor de
una monja portuguesa[5] le
indican que ese hombre- al que roza con sus curaciones en su cuerpo herido, al
que auxilia en sus necesidades básicas- sabe del amor a una mujer, ella escucha
reiteradamente la voz de otra mujer que lo llama y que lo ama. Hanna se
enciende y se apaga para elegir qué y cuando escuchar, Hanna deja poblar sus
oídos de otras palabras: las de esa mujer desconocida y las palabras que él le
dice y le insinúa desde el primer contacto. La mención de esas cartas del siglo
XVII cargadas de una pasión abrasadora y de un
amor imposible van levantando los colores de la mejilla de la blonda,
nórdica protagonista y seguramente acelerando su pulso.
Cora, él la llama misteriosamente
Cora y luego le relatará una versión
propia del maravilloso cuento de Cortázar[6],
de un joven que se enamora de su enfermera que lo acompañará hasta morir.
Dos cuerpos heridos que se rozan donde las envolturas de lo real se van tejiendo entre gasas, jabones de almendra, palabras de amor. Entonces, es allí donde a Hanna y a Joseph los une el amor y no el espanto.
Coixet en la 2da parte de su documental elige una ficción, otra ficción, Coixet sabe que
todo es ficción, para eso también escribe “La vida es un guión”[7].
En un intento de tratar lo real,
el universo de Isabel Coixet está
poblado de palabras, dueña del guión de
casi todas sus películas, su prolífica producción incluye una
productora, documentales, una columna [8] en
El periódico de Catalunya y un puñado de libros.
“¿Esto es todo?, ¿matar el tiempo antes de
que el tiempo te mate a ti?, ¿esto es todo? "
Se pregunta Coixet en el film a través de uno de sus personajes y su
respuesta no se hace esperar, ya estrenó otro film “Ayer no termina nunca”
acerca de Madrid en el 2017, ¿intento de respuesta a la debacle y el deterioro
europeo de estos días?.
De que “Escribir no sirvió para nada”[9] se
lamenta el casi
centenario escritor
esloveno Boris Pahor, sobreviviente del
holocausto. No sirvió para impedir que las guerras y el horror se repitan, sin
embargo para algunos, quizá él mismo,
haya sido una vía para intentar tramitar ese real.
Coixet parece uno de los que conocen el arte y el oficio,
el “savoir faire”[10]
de ese secreto y quizá haya en ello una
invención.
[1] “Viaje
al corazón de la tortura” Documental realizado en 2003 Dirección Isabel Coixet
[2] IRCT Internacional Rehabilitation
Council of Torture victims
[3]
http://documentales.blogspot.com.ar/2005/10/isabel-coixet-me-obsesiona-cmo-tras.html
[4] Film
dirigido por Isabel Coixet, guión Coixet-Joan Potau1998-España http://www.youtube.com/watch?v=ZXVvUbvR8LQ
[5] Sor
Mariana Alcanforado “Cartas de la
portuguesa” 1669 http://www.cartas.org.ar/Publicadas/Monja%20portuguesa/pub-alc-aaa.html
[6] Cortázar, Julio “La Señorita Cora” en Todos los fuegos el fuego
[7] Coixet,
Isabel, La vida es un guión, El Aleph, Madrid 2004
[8] “Mi
hermosa lavandería” columna dominical de El
periódico de Catalunya
[9] http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Boris-Pahor-Escribir-sirvio_0_980301972.html
[10] Lacan,
Jacques El Seminario ,Libro 23, El sinthome, Paidós Buenos Aires,2005.Pág. 59